Llegas a casa, abres el congelador y sacas unos cubitos de hielo para tu refresco. Te relajas y disfrutas de un trago fresquito para combatir el calor. Seguramente nunca has pensado en la gran cantidad de tecnología e ingeniería que hay detrás de este simple gesto. La fabricación del frigorífico, el motor eléctrico, el condensador, la logística de transporte y, por supuesto, la obtención de la tan preciada energía eléctrica a través de alguna central nuclear, térmica o hidroeléctrica.
¿Y todo para qué? Para tener un pequeño contenedor de frío en casa para mantener nuestros alimentos. Pero, ¿sabías que los persas ya hacían toneladas de hielo y congelaban comida hace más de 2.400 años?
Sin un solo componente eléctrico o electrónico, los persas lograron crear la tecnología necesaria para obtener hielo sin esfuerzo. Y no hablamos de una producción de un par de cubitos de hielo a lo Doc y Marty McFly en Regreso al futuro II, no. Hablamos de toneladas de hielo, una producción suficiente como para refrescar bebidas y congelar piezas de comida completas. ¡Y en Persia nada menos!, una región semidesértica con altísimas temperaturas durante el verano.
Además de grandes guerreros, los persas fueron una cultura extremadamente rica e influyente que supo atraer a los mejores intelectuales de la época. Así nacieron los yakhchal o pozos de hielo. Estas construcciones se basan en el principio derefrigeración por evaporación y contaban de dos partes: el lugar de fabricación y el de almacenaje.
El lugar de almacenaje, llamado Domo, es una especie de cúpula que recuerda al exterior de un panal de abejas, cuya base se entierra a cierta profundidad para mantener la temperatura. La zona de producción de hielo se mantiene anexa al Domo y consta de tres partes:
- Un pared principal, ubicada necesariamente en dirección este-oeste.
- Un pequeño acueducto subterráneo con flujo sur-norte, que podía verter agua de manera controlada a tres canaletas distintas.
- Las tres canaletas, de entre 40 y 50 centímetros de profundidad, generalmente estaban protegidas por una segunda pared y un techo.
El edificio estaba construido siempre en piedra de gran porosidad, que ayudaba a mantener el frescor y favorecía la congelación del agua.
Cómo funcionaba este ingenioso sistema
Durante el mes de enero, el mes más frío del invierno, las temperaturas caen por debajo de los 0ºC durante la noche. De día, el clima tampoco es especialmente caluroso, con temperaturas de entre 7º C y 13º C. Aprovechando el frío de la estación, se llenaban las canaletas de agua permitiendo su congelación, que podía durar varios días.
Cuando por fin se congelaba el agua de las canaletas, se procedía al corte y vaciado del hielo, que era trasladado hasta la zona de almacenaje inferior del Domo. A su vez, esta zona era enfriada por un último flujo de agua que tocaba las paredes de piedra más frías. Después de ser usada, este agua tampoco se desperdiciaba, pues se redirigía hacia los campos de cultivo para regar.
Una vez lleno de hielo, el yakhclal podía mantenerse helado hasta el año siguiente. En la zona media del Domo se colocaban las piezas de alimentos que deseaban congelarse y almacenar por varios meses, mientras que en la parte más superior se colocaban las piezas a mantener frescas, como el queso y la fruta. Por último, el hielo también podía extraerse de la cámara hacia el palacio, donde se utilizaba para enfriar, en el acto, todo tipo de bebidas.