Las puertas de madera de las viviendas terminan siempre por generar pequeños problemas, que pueden terminar siendo muy molestos. En general, son las puertas abatibles con bisagras las que presentan este tipo de inconvenientes, no ocurriendo lo mismo con las correderas. Pero como las abatibles son las más habituales en las viviendas, vamos a dar unas cuantas soluciones para los problemas más corrientes.
Solución 1
Algo que ocurre en casi todos los casos es que las puertas rozan con el suelo y no se deslizan bien. Esto puede ser por varios motivos: hemos colocado nuevo suelo y no se ha rebajado bien el canto inferior de la hoja; con los cambios de temperatura y humedad la puerta se ha hinchado; por descolgamiento de las bisagras.
Si vemos que la puerta roza muy poco y no se aprecia descolgamiento, puede bastar con pegar una hoja de lija de grano medio-grueso en el suelo, en donde veamos que roza, y abrir y cerrar la puerta varias veces sobre el papel. Éste lijará en canto, que se rebajará y dejará de rozar.
Solución 2
Si el rozamiento es excesivo, entonces habrá que tomar medidas más radicales. Será necesario desmontar la hoja de los goznes y pasar por su canto inferior una lijadora de banda o simplemente cepillar la parte inferior de la puerta. Antes podemos intentar averiguar la zona que roza con este ingenioso truco: pintar el suelo con la puerta abierta con tiza, y cerrar la puerta. En donde la tiza se borre será el punto de rozamiento.
Solución 3
Cuando las puertas se descuelgan hay que actuar en la zona de bisagras. Retiraremos la hoja de los goznes e introduciremos por el vástago de la bisagra atornillada al marco una arandela de cartón o de goma (las juntas que se ponen en los grifos suelen ir bien; se venden en las ferreterías), de manera que levante ligeramente la puerta.
Solución 4
Si la puerta hace ruido, una vez desmontada podemos aplicar en las bisagras un aerosol lubricante, aunque también sirven el aceite de vaselina y el grafito en polvo.
Solución 5
Cuando la madera de la puerta se ha abierto o agrietado por algún lugar, conviene rellenarla con una pasta especial o masilla. En estos casos, lo mejor es usar cera coloreada para madera. Los bloques de cera (para puertas blancas también los hay en este color) se calientan con un secador de pelo; después, la cera se presiona sobre la grieta y se frota para alisarla.