El acondicionamiento de aire se define como el proceso, o procesos, de tratamiento de aire que modifica sus condiciones para adecuarlas a unas necesidades determinadas. Hay multitud de actividades que requieren unas condiciones de aire específicas o determinadas como: laboratorios de metrología y calibración, salas de ordenadores, sales exposiciones, quirófanos y salas de vigilancia intensiva, fabricación de dulces, fabricación de textiles, etc.
Un sinfín de procesos industriales que precisan unas condiciones ambientales fijas, que pueden ser muy diferentes de las condiciones de confort, pero determinantes para la manipulación o la calidad del producto final.
El acondicionamiento del aire se realiza mediante Unidades de Tratamiento de Aire, que son aparatos modulares en los que en cada módulo se realiza un tratamiento y se agrupan en función de las condiciones finales de aire requeridas. El tratamiento de aire más completo, es la climatización, en la que se necesitan la mayor parte de los módulos existentes, para garantizar las condiciones del bienestar térmico de las personas.
La ciencia que estudia las propiedades de la mezcla aire-vapor de agua y establece las relaciones entre ellas para su cálculo y tratamiento, se llama psicometría. Las fórmulas establecidas por la misma, facilitan también la construcción de diagramas de aire húmedo que facilitan el cálculo y proporcionan un resultado visual de la transformación.
Bien sabemos que en muchas ocasiones, el aire acondicionado o acondicionador se convierte en el mejor aliado para combatir el calor. Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertos consejos para que su uso sea responsable. En general, existen tres factores principales de la utilización de climatizadores que pueden afectar a nuestro estado de salud: la diferencia excesiva de temperatura entre el interior y el el exterior, la sequedad que provocan en el ambiente y el deficiente mantenimiento de los aparatos.
La sequedad y frialdad del aire puede disminuir nuestras defensas y provocar la aparición de resfriados e incluso el desarrollo de infecciones, tanto virales como bacterianas, además de dolores de cabeza o migrañas en aquellos pacientes con mayor sensibilidad. Las personas asmáticas deben tener especial cuidado en este aspecto.
Recientemente, el Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña ha advertido del uso “abusivo” del aire acondicionado y del peligro que supone su contacto directo con partes del cuerpo como la espalda o la cara, especialmente mientras se está durmiendo. El exceso de frío puede degenerar en una retracción de fibras musculares y provocar lumbalgias de temporada. Para no correr riesgos, lo mejor es seguir una serie de sencillos consejos.
Por ejemplo, la temperatura ideal de una habitación debe ser de 25 grados. La limpieza de los filtros es otra cuestión fundamental para evitar problemas. Por último, hay que evitar que la corriente de aire que desprende el aparato nos dé directamente sobre el cuerpo.
Un deficiente mantenimiento de los aparatos climatizadores es la causa de la mayor parte de infecciones por legionella, una bacteria que provoca complicaciones pulmonares, fatiga, dificultad para respirar y en ocasiones diarrea o dolores musculares. El mantenimiento de estos aparatos es fundamental para evitar cualquier problema respiratorio, como cambiar los filtros cuando sea necesario o hacer una revisión de la instalación aseguran los expertos.
Los sistemas acondicionadores domésticos son más seguros. Los microbios no se expanden tan rápido, ya que el condensador se limpia más a menudo.