Y cuando menos imaginamos, la suerte se hace presente para algunos aunque para otros sea todo lo contrario, ocurre que llegamos a un lugar o simplemente vamos caminando y nos encontramos dinero, en ese caso, sean honestos, ¿ustedes que han hecho?
A muchos nos ha ocurrido y entonces sólo tenemos dos opciones: quedarnos con él o regresárselo a la persona (en caso de que exista la forma) y por ello mismo pasó Bobby Puryeas quien al querer retirar dinero de un cajero, se dio cuenta de que ya había dinero, no entendía como alguien había podido olvidar sus billetes, los tomó y se los guardó en el bolsillo.
Cuando tuvo la oportunidad de contarlos se dio cuenta de que eran 500 dólares, algo aún más extraño pues sacar tanto dinero para dejarlo olvidado no era algo muy lógico.
El hombre deseaba devolver el dinero a quien le pertenecía pero la cajera del banco no quiso aceptar el dinero y llamó al gerente para que le diera una solución. Sin embargo, este tampoco sabía qué hacer con él, entonces Bobby tuvo la brillante idea de que miraran las cámaras de seguridad para descubrir a quien le pertenecía el dinero, el gerente accedió a hacerlo. También anotó todos los datos de Bobby para darle información cuando la tuvieran.
Dos días después, Bobby recibió una llamado del banco, habían encontrada a la persona y se trataba de una señora de 92 años que respondía al nombre de Edith.
Por su edad, Edith solía olvidar las cosas, debía 480 dólares de su alquiler pero cuando el cajero le dio el dinero, ella simplemente olvidó retirarlo y se marchó del lugar. Cuando Bobby se puso en contacto con ella la mujer estaba muy feliz pues creía que había perdido el dinero. Sólo le quedarían 20 dólares para sobrevivir lo que restaba del mes pero aun así se los ofreció a Bobby a como recompensa por su honesta acción. Este se negó rotundamente a aceptar el dinero de Edith y a cambió de eso hizo algo mucho mejor: acudió al banco y pidió que 200 dólares de su cuenta se transfirieran a la de Edith.
Los compañeros de trabajo de Bobby no sólo aplaudieron su honesta y generosa acción sino que además también contribuyeron con la causa e hicieron un donativo de 200 dólares más. Aún cuando Bobby quizás necesitara el dinero, decidió no quedarse con algo que no le pertenecía pues quizás la persona lo estaría necesitando mucho más que él.
Es verdad que no podemos ayudar a todo mundo pero pequeños gestos hacen la diferencia, con una sola persona a la que le demos la mano, basta para hacer de este mundo un lugar mejor ¿no crees?