A la hora de reformar nuestro hogar y conseguir un nuevo estilo, existen muchas posibilidades que no requieren de grandes obras y que nos pueden llegar a proporcionar cambios radicales. Para ello, la opción más sencilla es emplear paneles de imitación a piedra, cuya instalación podemos realizar nosotros mismos.
¿Qué tipo de paneles tenemos?
A la hora de escoger el tipo de panel, no solo debemos atender a las cualidades estéticas, sino también al tipo de material que lo compone. Así, este puede ser de hormigón, de piedra natural y de poliuretano, los cuales nos servirán tanto para revestimientos de interior como de exterior.
De este modo, si escogemos las dos primeras opciones, obtendremos un resultado mucho más resistente y duradero, por lo que es perfecto para instalaciones exteriores. Para ello, necesitaremos un buen adhesivo, como el cemento cola, y una masilla para juntas de exterior, que resista a la humedad.
Instalación de las placas
Para colocar placas de poliuretano necesitaremos espuma de poliuretano, que emplearemos para adherir las placas junto con unos tornillos con tacos incorporados. Así, empezaremos a colocar las piezas desde la parte inferior. Para ello, marcaremos la línea horizontal sobre la que se fijará la primera base. De este modo, pondremos un listón de madera para que las primeras placas puedan asentarse y reposar sobre él, sin moverse.
Así, antes de empezar a colocar las placas, como estas suelen llevar una unión dentada, debemos recortar los dientes de uno de los lados de las placas que irán a los extremos de la pared. Después, humedeceremos la superficie y comenzaremos a colocar las primeras placas, aplicando la espuma de poliuretano en la parte posterior de cada placa.
Además, al ir colocando las piezas podemos emplear guías para dejar el mismo tamaño de las juntas. Una vez colocadas todas las piezas, retiraremos las guías e iremos rellenando las juntas y huecos y ocultando los tornillos con una masilla de un color similar a la piedra que hemos escogido, aunque también tenemos la opción de pintar la masilla con posterioridad con una pintura arenosa, intentando crear un resultado uniforme.
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